Entradas

Baltazar

Imagen
Baltazar  Baltazar nació un domingo de  octubre  con los  primeros gallos, bajo un cielo revuelto por  la llovizna  de  un invierno crudo  y  devastador.  Aquel  niño  lánguido  y  flaco como un palillo, respiraba  las primeras bocanadas de  aire  de  una  vida que  apenas  comenzaba  a  florecer.  Su padre  veía  como el mundo allá  afuera  se  debatía  en un manto negro de  nubes recrudecidas. Aquella  mañana,  se  hallaba  envuelta  en una  manta  sepulcral de las lloviznas insoportables de  un octubre  que  no daba  tregua  de  escampar.  Las calles con el barro  encarnizado,  se convertían en un lodazal monumental, incluso fue  el impedimento principal para  que  la partera  del pueblo,  se  diera  tres  repetacas  en las calles enjabonadas,  antes de  llegar a atender  el parto que traería al mundo a  Baltazar.    En  sus primeros años Baltazar  pudo disfrutar  de  la  belleza  del azul de la  Ciénega, los vendavales de  las mañanas turbulentas, el verde  intenso de 

Malos presagios

Imagen
Malos presagios  Las horas se volvieron tan pesadas, que llegó un punto en donde se puso en duda el correr del tiempo mismo y todo lo que se conocía, se había detenido en medio de un silencio desgarrador. Los sentidos incluso, quedaron deambulando en la nada absoluta de un tiempo que había perdido su significado cuantificable. La brisa que venía de la ciénega, se extinguió de golpe y la existencia misma, quedó suspendida de una fuerza  invisible que ponía la piel de gallina. Eusebia, sintió como su cuerpo se estremecía y todas sus premoniciones pasadas comenzaban a despertar. La sospecha de los malos presagios, volvían a convulsionar los escasos momentos de tranquilidad de aquella mujer caribeña de piel curtida y de nervios de cristal. Eusebia desde niña, había sido criada en el ambiente trémulo de las desgracias transfiguradas en las extrañas figuras del pocillo del café, en el vuelo maligno de una mariposa negra por el dintel de la casa, por el aullar de los perros a medi

Nuestro aniversario y un rumor de catástrofe

Nuestro aniversario y un rumor de catástrofe. Nunca pensé que nuestra fecha en el calendario estuviera marcada por un rumor apocalíptico, uno de esos que hacen a los más crédulos dudar del más minimo vestigio de calimidad. Una fecha en el calendario a la que tacharon como el fin de los tiempos. Una fecha inminente que llega con sus recuerdos y momentos incrustados en medio del tiempo cuantificable. Hoy como si fuera poco, un rumor de catástrofe se paseaba a todas anchas por nuestro aniversario y que al final nada tuvo de apocalíptico. La verdad es que fue un chisme digital que se vitalizo, no sabiendo que el supuesto meteorito nisiquiera pasaria cerca de la Luna, vaya cuento espacial el que nos metieron. Así como el 2007FT3, (nombre del asteroide) a quien se le tenía preparado su desviación o quizás un certero freno a punta de soplar y soplar... "Soplarle al meteorito para desviarlo" una iniciativa de algunos ciudadanos en diversas ciudades del mundo para desviar al colosal

La casa del pueblo, la casa de mis abuelos

Imagen
Soy de los que disfruto del realismo mágico de gabo, pues voy al compás del que se describe en los libros, como el que vivo cada vez que voy a la casa de los abuelos. A la casa del pueblo. Esa realidad no tan magnificada como la describe gabito en casi todos sus libros, como el fragmento de la muerte de Úrsula iguaran, donde dice: que hacia tanta calor que los pájaros desorientados se estrellaban como perdigones contra las paredes y rompían las mallas metálicas de las ventanas para morirse en los dormitorios o como cuando en ese mismo libro describió un diluvio babilónico. Son cositas del pueblos que gabo las hizo únicas con su estilo original. La casa de mis abuelos es un macondo anclado en medio del siglo XXI, pues mi abuelo sería un Aureliano Buendía terco como sus años y mi abuela una ursula incansable. La casa también sumergida a una vejez de antaño se va desgastando con los años, los días sofocantes pasan uno después del otro, los inviernos no recogen la hojarasca de ot

“UN SIMPLE JUGLAR”

Imagen
“UN SIMPLE JUGLAR” Los pueblos del magdalena esconden en sus cobijas de cienegales centenares de historias. Todas con un valor ancestral muy profundo, la mayoría de estas comunidades poseen vivas esas costumbres heredadas de nuestros abuelos, aunque ya un poco gastadas por la intervención de nuevas interacciones sociales de las grandes ciudades, las cuales ofrecen nuevas costumbres y van rezagando a paso acelerado las de antaño. Este intercambio cultural de la urbe con lo rural ha causado sus estragos en los pueblos. En términos matemáticos “al aumentar el flujo de interacciones con la urbe, disminuye la esencia de lo raizal, de lo patriarcal. Esto quiere decir que la costumbre de la ciudad es inversamente proporcional a la de los pueblos. Tan solo ese no sería el único problema. También nos enfrentamos a la decidía de los gobiernos que dejan naufragar esas raíces culturales, las cuales se disipan para las nuevas generaciones. La costa caribe Colombiana se carac

Escombros de vida

Imagen
A veces cuando quedo vagando en mis pensamientos, cuando decido escrudiñar mis memorias una a una, siento que mi alma vuela y mi cuerpo queda estacionado en la vida real, mi yo físico queda inmóvil reclamando su otra mitad. Voy revisando cada una de las habitaciones donde tengo reservadas todas mis memorias, cada una con sus alegrías y desventuras. Creo que es una manera de encadenar el tiempo, ese hilo que jamás se detiene, pero que sin darnos cuenta se va alojando en lo más profundo de nuestro ser, en habitaciones enumeradas que nos dan acceso a recuerdos, a pedazos de tiempo, a escombros de nuestras vidas. En este viaje inconsciente recorro aquellas habitaciones lejanas que están en lo más profundo de aquel recinto, rincones quizás un poco opacos, con tono sepia, los cuáles  un día albergaron   las primeras aventuras. Incluso en aquel recinto lleno de pasillos Y habitaciones, también se sufre la inclemencia del propio tiempo, uno más interno, quizás más arrasador que

Días que no vendrán

Imagen
Hoy me decidí a navegar en los relatos de muchos conocedores que vivieron o igual que yo algunas vez les contaron sus ancestros, una época de luz que se vivió, años de oro en los cuales sólo se veía el porvenir, un horizonte despejado sin ninguna nube gris, una tierra que daba de comer a todos sus hijos, un camino viejo por donde se sacaban el sin fin de productos, pero quizás   el despilfarro sin control de los hombres que con sus parrandas interminables que nacían todos los días sin importar la hora, y el derroche que reinaba y daba cátedra de los días de goce y éxtasis de aquel entonces, quizás ese momento de gloria los adormeció y los lanzo a un manto de tranquilidad y confianza que no los hizo   sospechar el fin de aquella época iluminada de la cual sólo quedarían los recuerdo esparcidos como nubes En el cielo. En memorias se ha quedado la gran economía de aquel pueblo que se alzaba en su prosperidad, la cual se dio como un torrente aguacero que no veía su fin, pero que al f